Archive for July, 2016

Nueva cultura pobre, colaboraciones sociales.

Oh, junio, ven y tráeme acciones,

que nuevas acciones ansía nuestro corazón

Jenny Marx

Con el fortalecimiento del régimen fascista burgués gracias a la crisis del 2008 que está sirviendo para tirotear a los estamentos más desfavorecidos de la clase trabajadora que tradicionalmente dependían de su trabajo para vivir y que con el invento del estado de bienestar han pasado a depender de una subvención publica siendo convertido el trabajador en un idiota cada vez más agudo, sobre todo cuando acaba su última munición de protección por desempleo y se convierte en una sombra de los servicios sociales, y carne de cañón de las colaboraciones sociales.

El estado de bienestar burgués ha formado una bolsa de miseria reclutada no solo para ser explotada como tradicionalmente se hacía, sino humillada, este es el gran salto burgués del 2008.

El actual triunfo del estado de bienestar burgués capitalista reside en el emprendimiento de corte ideológico darwinista y psicopatológico . Un emprendimiento asfixiante en la medida en que se apodera del oxigeno del aire, del agua para beber y de los alimento que cocinamos.

Congruente con la lógica del axioma empleado por las fuerzas vivas burguesas, toda naturaleza pobre dentro de una sociedad moderna y activa :

es únicamente por su culpa, debido a una mengua en las capacidades adaptativas de ese sujeto.

En el actual estado histérico histórico en el que nos encontramos lleno de rabia y violencia por parte del burgués que siempre es un revolucionario, no se olvide, que atenta contra los más desfavorecidos con el fin de proteger sus intereses despiadados e inmorales nacidos de la explotación, el terrorismo, la violencia, contra los más desfavorecidos con el fin de asegurarse su estado de bienestar. En la actualidad el panorama es desalentador , en cuanto que las clases obreras han renunciado a cualquier acción y han abandonado la lucha de clases por una subvención que no es suficiente para sacarlos de la pobreza que se ha convertido en culpa. Pues la culpa establecida lo que hace es alterar el propio estado de pobreza que debería desarrollar una cultura autónoma del poder capaz de adaptarse eficazmente a su estado. Sin embargo hasta eso han roto en la actualidad, dejando al pobre desconcertado y la borde del suicidio, cosa novedosa ver gitanos, canis, analfabeto suicidarse como los grandes poeta y hombre de honor. Todo esto se debe a humillaciones y castigos psicológicos añadidos a la pobreza física. Las colaboraciones forzadas de vall d’uixó son un ejemplo en acción de terrorismo por parte del ayuntamiento.

Por hoy no comentare anécdotas divertidas, solo condiciones como salarios que compiten con senegal, tres euros día después de pasar la jornada laboral pintando un colegio publico, y por supuesto sin cotizar.

A los trabajadores que se negaron a participar en este delito, se les castigo su desobediencia dejándolos sin nada, sin ningún tipo de renta, abandonados como perros. Este grupo de personas merece un elogio por su resistencia.

Este estado de violencia que brevemente esbozo debe alertar a que punto de barbarie se ha llegado. Han pasado esto desapercibido durante meses y meses, solo en vall d’uixó más de quinientas personas oficialmente, pero hay más, os lo aseguro.

La única razón que encuentro positiva es que cuando más barbaridad hagan los burgueses, más gente tarde o temprano se cambiará de bando, aunque también es posible que cuando se pasen de bando , no haya ya bando propiamente dicho y la conciencia colectiva de la masa sea dirigida por grillos y gilipollas.

Angelillo de Uixó.

agradecer el eco mediático y el interés de muchas personas sobre los acontecimientos ocurridos en vall d’uixó todavía sin esclarecer sobre las colaboraciones sociales. Dejo como pruebas de estás breves palabras de agradecimiento y acción, el articulo de Joan miguel Palomar sobre las colaboraciones publicado en confidencial castellón.   /afectados-por-la-colaboraciones-sociales/


Veía mi imagen lavada en el agua,
saltaba oscilando entre las rocas con un cubo.
Coreaba en la charca junto las ranas.
Saltaba mi cuerpo entre los juncos sobre el agua.
Los ojos de la charca seguían mi transformación sin movimiento.
Vedme volverme como una criatura de la charca que no paraba de fecundar.
En el lugar donde se llamaba a la lluvia venidera
caían el fin de las cosas.
Ruedas, sillas, coches de plástico.
En una viga de un tejado roto,
danzaban sobre cascotes rotos las ranas.
Aquí estábamos nosotros
empujados en este hoyo de las últimas lluvias
escuchando las amenazas de los hombres huecos.
Pasos sin vida que vendrían a nosotros,
acciones sin consecuencias.
Delirios conscientes cargados de ausencias.
Movimiento incesante contra el agua y sus criaturas.

Aquí estábamos nosotros,
acechados quietos en plena evolución,
mutilados de cuclillas con cristales en la transformación.
Recibía con un saludo de unos labios
las imágenes flotando al salir de la huerta y volver a la charca
de los cadáveres de las ranas en un cubo con agua cazadas con una caña.
Eran la llegada de los hombres de la cultura hueca,
riendo, divirtiéndose , cazando, cantando,
mientras yo metía en el cubo el agua y volvía sobre mis pasos,
entre las rocas secas a la huerta ,
andando cargado con las imágenes terribles sobre mi cabeza.
¿ Dónde podría descansar sin que me escucharan llorar ?

Angelillo de Uixó. Poema de suplica.

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La escena se desarrolla en la guardilla del ayuntamiento de Vall d´Uixó, en el último pleno antes de las vacaciones de Agosto.
El decorado del salón del pleno se presenta con una luna de charol de fondo en una pared en sustitución de la tradicional foto del Rey. las banderas oficiales han sido retiradas después de ser quemadas en sus mástiles y sustituidas por unas armaduras. La mesa del pleno en torno a la que se han de reunir los políticos son mesas playeras plegables al igual que las sillas, el publico, el pueblo, hace de rehén, tiene su espacio en el fondo del salón que ha sido rellenando con dunas de arena con neumáticos de coche para sentarse.
Entran a la sala los políticos que no saben que son actores ni que el publico son sus rehenes. Se presentan al pueblo como dos bandos irreconciliables que hablan entre si entre risas y con buenos modales.
Uno de los bandos van vestidos como la gestapo, exhiben cabezas rapadas o engominadas, y rostros rasurados, las mujeres de esa fracción van cubiertas hasta las rodillas. El otro bando lo forman los revolucionarios, los hombres llevan la típica barba de los revolucionarios cubanos, tanto hombres como mujeres no visten uniformados.
El pleno empieza cuando la policía local cierra las puertas. Se produce un disparo al aire de un funcionario que pasa a presentar las mociones.
Querido publico y representantes del pueblo, los temas que se van a tratar en este pleno son los habituales: la ética, la felicidad personal, el debate de si es mejor el aprovechamiento de los recursos en beneficio personal o colectivo, la perdida de valores, el subdesarrollo, el analfabetismo y si la muerte, ¿ es el fin de todo?
Abre el turno de palabra Ofelia, la alcaldesa. Le ha tocado representar el papel más duro, alcaldesa encargada por velar por los interese de su pueblo, y el de mujer en flor en pleno desarrollo. Da inicio a su moción:

-Estoy cansada, cansada señores de tener que representar la alegría desde estos sillones.
Estoy harta de las ruedas de prensa, de la televisión, de las entrevistas.
Soy Ofelia señores, entérense bien,
una revolucionaria.
Odio la televisión, la prensa, la radio.
Es una maquina de hacer idiotas y de obligarme a decir idioteces que no pienso , todo por contentar al publico. Si , ustedes son mi ruina personal.
Todo lo que digo allí a veces suena a disparate cuando lo vuelvo a repensar.
Poniéndose en pie ante el publico.
Soy Ofelia,
mirad mis cabellos, mis pechos, mi culo.
Me acusa la gestapo de provocar altercados, caos, sabotajes, desorden publico.
Saca del ligero un puñal y se lo coloca en sus cabellos y se los corta.
El gestapo Óscar Clavo levanta la mano y se le concede su turno.
Se pone en pie reflexivo obligando a su lacayo vestido de las SS, Feliz San Feliz , a levantarse y hacer flexiones ante el publico mientras habla señalando la ventana.
Señoras y señores, respetable;
fuera de esta cuadra democrática, está la gente que nos necesita.
Para la gestapo, la gente humilde y necesitada es lo más importante, el único interés de la gestapo y su füher.
Mientras otras formaciones de ideología marxista, fracasada por cierto en Venezuela, Cuba y Siberia, solo hacen demagogia con la miseria. No aman a los pobres de corazón como la gestapo.
Señores, fuera nieva, aunque estemos casi en agosto en vall d´uixó, la gente tiene frío.
Parece que a nadie le importa eso menos a nosotros.
Gritando como Hitler.
Pero este partido trabaja por los de fuera. Por los más vulnerables, sin hacer demonología, y ha venido a esta cuadra a presentar una moción por los niños y las niñas del vall d´uixó.
Los niños y las niñas no van al teatro, ni quieren ya a sus madres.
Demasiada conciencia señores y señoras. Demasiado no permitir tocar a los niños y las niñas. Hay que tocarlos. Por eso la gestapo presenta la siguiente emoción con exclamación nazi:

Hay que amar al prójimo.
Hay que acercarse a los niños y las niñas.
Levanta la mano una concejala del partido radical.
Óscar Clavo le pega una patada en las costillas a Feliz San Feliz para que deje de hacer flexiones y se siente.
Habla una mujer emocionada que se despide.
En nombre del comité revolucionario, como protesta contra las políticas fascistas llevadas por el ministerio del interior y la inacción del comité revolucionario, presento mi dimisión fulminante.
Ofelia la alcaldesa le pasa una pistola. Los miembros del partido radical se dan todos con la concejala un abrazo agradeciendo su trabajo y la defensa que ha hecho de los principios revolucionarios.
Suena un disparo sobre una sien, y se aprueba la moción de la dimisión por mayoría.
Se abre el turno de palabrería para el pueblo.
Un rehén de entre el publico levanta la mano.
Mi nombre es Nadie. Soy un cadáver que habla, que siente, que ama, y…
que duerme.
Como todos los muertos trabajo las hierbas,
soy una hierba.
Duermo, sueño, sobre el colchón de la humillación. Me acompaña el hambre, el insulto, el miedo a ser golpeado, detenido. Estoy lleno de cicatrices por fuera, y por dentro. Así lo dijo mi autopsia.
Ved mi calavera, ha perdido su encanto. Necesita tranquilidad ,y esa tranquilidad solo puede venir del perdón de sus verdugos. No es mucho lo que pide este muerto.
Yo denuncié las colaboraciones sociales. Me ofrecía este ayuntamiento a través de los servicios sociales a los que acudí tras perder mi empleo, 50 céntimos al día por trabajar pintando el cuartel de la guardia civil con cal viva. Como me negué a trabajar como esclavo, la guardia civil me detuvo, y luego, fui asesinado por los vecinos del pueblo mientras dormía en una esquina.
Ahora las cosas van mejor para muchos. Y a los muertos, menos a mí, los han reunidos para decirles que aquello de las colaboraciones estaba mal, cotizar su trabajo a las seguridad social y dar un carpetazo al asunto.
Yo vengo como un espíritu a este salón, sin vida, a golpear las armaduras gritando mi nombre: Nadie, nadie, han matado a nadie, y sus asesinos andan sueltos.
Por el momento no tengo nada más que anunciar, más que intentaré presentar una moción a este ayuntamiento desde el cementerio para que se averigüen los hechos.
Angelillo de Uixó.

 

Aquí viene la primera condena de la mañana desde la televisión.
Nos Han degollado un cura en Normandia con la boca cerrada entre cantos de aleluya.

Abrir las ventanas de los salones hermanos,
y asomaros a la calle a ver la guerra que os saluda.

Escena filmada en Valencia a las nueve de la mañana en la calle caballeros ante la indiferencia de los transeúntes. Un desempleado que fue delegado sindical del metro nos relata su caso.
Yo soy el que lucha con su cuerpo contra el cubo de basura para sacar algo de comida.
Cerca de la estación de trenes, en la comisaria de la policía nacional, desde la ventana del calabozo se ve como juega la policía con jabón en la boca de un anarquista porque ha escrito en una pared de la iglesia:
el Daesh nos lleva años de ventaja.
Hay un baile de cifras llenas de muerte ocultas bajo la adhesión de la televisión al sistema.

Apagar vuestros aparatos y veréis como caen los de siempre en esta guerra.
El terrorista salido de psiquiátrico que se cree un samurai y cae abatido por la risa de la masa.
El niño del arrabal que empuja de por vida su trineo roto entre montañas de chatarra y de basura.
Los Ulises que llegaron buscando el cielo y la nieve y les vertieron un jarro de agua fría por la cabeza para que se marcharan.
Si, ellos, ellos,
son la primera condena de la televisión por la mañana,
La amenaza de los que esperan que abran los comedores sociales,
o aguardan una prestación social.
Ellos son los que nacieron como Cristo,
en un portal para pagar por todos los de arriba.
Recemos hermanos por todos ellos:
Libertad, libertad, libertad.
Angelillo de Uixó.

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Nubes lanzadas desde tierra,
en una llamarada de plata que hiere el cielo.
Los pasajeros del aire
leyeron el aviso al pasar por los pueblos
salpicados por lóbregas cúpulas azules de media teta,
dominadoras de un erizado mar de casas , plazas, arenas ,
y criaturas dentro en un laberinto de cemento,
de espaldas a los almendros,
que se iban hundiendo entre la espuma y el fuego.
Cayeron sobre una sartén con aceite los olivos y las palomas.
Sería ya para siempre San José,
pues el hombre de las acequias,
estaba fatigado de las olivas y las palomas.
Quería ser espadachín de los fogones,
y porteador en las maratones de montaña.
Entre tanto ,
las abejas y las mariposas
se convirtieron en kamikaces
polinizando las flores en llamas.
Las hierbas bostezaron,
ante lo que veían venir con el viento de levante.
Pero no había San José,
como en los bares ni en las discotecas,
gritos ni empujones entre las llamas,
de todos los animalitos que huían sin salida.
Metiéndose con calma en la boca del fuego.
A el se entregaban en cuerpo,
la ardilla, la perdiz, el conejo, y el faisán.
Era una tarde de ocaso calurosa,
donde resbalaba el agua con el aceite.
Yo miraba las cúpulas azules de Vall d´Uixó
cubiertas de cenizas,
como si fueran las de una Venecia ,
que se hundía lentamente,
mientras bajaba el humo de las montañas.
Entonces fue cuando salió,
una hermosa ninfa negra mojada de una esquina,
cargada de aceite, palomas y ardillas,
que lloraba y gritaba:
Quiero irme de aquí.
Pero nadie le ayudaba.
Entre tanto,
se reunieron en torno a la cruz de los caídos,
entre grandes risotadas los tenderos.
Se juntaron a vender los terrenos endurecidos por el tiempo,
donde habitaban los muertos.
Aguardaban la gran inundación para resucitar con el barro.
Yo veía San José,

junto la gran cúpula azul del Ángel,
a la muchedumbre junto la jarra de cerveza
compartiendo la conciencia.
Y a los políticos en la televisión
con voz aterciopelada,
hablar de la paz, el progreso, el turismo, las montañas
los prados, las cabañas, el amor,
junto los bomberos y las llamas.
Angelillo de Uixó.

El repelente Juan Pablo II con algas.

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Acudí al mercado de Vall d´Uixó con un canasto lleno de mis productos ecológicos donde había mucha gente incrédula que se burlaban de mí y de la agricultura ecológica, entre estos se contaban las autoridades locales que proyectaban un futuro tecnológico donde todo tenía que tener una patente firmada por algún instituto. Nadie se esperaba que el tonto del pueblo acudiera al mercado con su canasto lleno de verduras y gritará a la gente que al verlo se apiñaron en torno a él a ver que decía.

No se si soñaba el papa Juan Pablo II conmigo, o yo soñaba con el papa Juan Pablo II , cuando se cruzó entre nosotros es espíritu santo mientras fatigado de trabajo me reclinaba bajo la sombra de una olivera a descansar preocupado por las plagas, condena humana.
Y una voz, la de Juan Pablo me tentaba a que fuera a la charca a recoger las algas.
Al despertar del hermoso sueño al verdoso lecho acudí como me ordenó la voz.
Noté fijo el ojo de las ranas a mis manos que como anzuelos enganchaban las algas ante su sonora queja, e iba vertiendo las extraña cosecha en un cubo con agua.
Más para la alquimia santa, necesitaba una planta que hiera mal al hombre cuando la tocará, la ortiga. Macerándolo todo aun se necesitaba un par de cosas.
Un poco de mi alma que vertían escupiendo al caldo y una oración bendita.

Hijo nuestro retirado allá en el cielo bostezando,
que no has conocido el trabajo en la tierra ni el yugo de los reyes,
Y que encarnas un personaje nacido de la división de las conciencias según las voluntades y los sufrimientos.
Boga hacia nosotros que te esperamos con los brazos abiertos para enseñarte a tus inventores.
II. De la gaya ciencia, Nietzsche.
“¿No habéis oído hablar de ese hombre loco que, en pleno día, encendía una linterna y echaba a correr por la plaza pública, gritando sin cesar, “busco a Dios, busco a Dios”? Como allí había muchos que no creían en Dios, su grito provocó la hilaridad. “Qué, ¿se ha perdido Dios?”, decía uno. “¿Se ha perdido como un niño pequeño?”, preguntaba otro. “¿O es que está escondido? ¿Tiene miedo de nosotros? ¿Se ha embarcado? ¿Ha emigrado?” Así gritaban y reían con gran confusión. El loco se precipitó en medio de ellos y los traspasó con la mirada: “¿Dónde se ha ido Dios? Yo os lo voy a decir”, les gritó. ¡Nosotros lo hemos matado, vosotros y yo! ¡Todos somos sus asesinos! Pero, ¿cómo hemos podido hacer eso? ¿Cómo hemos podido vaciar el mar? ¿Y quién nos ha dado la esponja para secar el horizonte? ¿Qué hemos hecho al separar esta tierra de la cadena de su sol? ¿Adónde se dirigen ahora sus movimientos? ¿Lejos de todos los soles? ¿No caemos incesantemente? ¿Hacia adelante, hacia atrás, de lado, de todos lados? ¿Hay aún un arriba y un abajo? ¿No vamos como errantes a través de una nada infinita? ¿No nos persigue el vacío con su aliento? ¿No hace más frío? ¿No veis oscurecer, cada vez más, cada vez más? ¿No es necesario encender linternas en pleno mediodía? ¿No oímos todavía el ruido de los sepultureros que entierran a Dios? ¿Nada olfateamos aún de la descomposición divina? ¡También los dioses se descomponen! ¡Dios ha muerto y nosotros somos quienes lo hemos matado! ¿Cómo nos consolaremos, nosotros, asesinos entre los asesinos? Lo que el mundo poseía de más sagrado y poderoso se ha desangrado bajo nuestro cuchillo. ¿Quién borrará de nosotros esa sangre? ¿Qué agua podrá purificarnos? ¿Qué expiaciones, qué juegos nos veremos forzados a inventar? ¿No es excesiva para nosotros la grandeza de este acto? ¿No estamos forzados a convertirnos en dioses, al menos para parecer dignos de los dioses? No hubo en el mundo acto más grandioso y las futuras generaciones serán, por este acto, parte de una historia más alta de lo que hasta el presente fue la historia. Aquí calló el loco y miró de nuevo a sus oyentes; ellos también callaron y le contemplaron con extrañeza. Por último, arrojó al suelo la linterna, que se apagó y rompió en mil pedazos: “He llegado demasiado pronto, dijo. No es aún mi hora. Este gran acontecimiento está en camino, todavía no ha llegado a oídos de los hombres. Es necesario dar tiempo al relámpago y al trueno, es necesario dar tiempo a la luz de los astros, tiempo a las acciones, cuando ya han sido realizadas, para ser vistas y oídas. Este acto está más lejos de los hombres que el acto más distante; y, sin embargo, ellos lo han realizado.”
Angelillo de Uixó y Nietzsche.

 

Antes de que los telescopios
Enemigos de la luna,
Enfocaran nuestra alma
Y nos expulsaran de la tierra y de nosotros.
Blanco Gordo vendía su extraña fruta en el mercado.
Frutas y verduras de campos parecidos a las tumbas en la luna.
Antes de peregrinar por las calles y las casas,
Excavadas de bajo la tierra junto los difuntos, los viejos hornos y molinos;
Conservado bajo el polvo y la ceniza.
Blanco Gordo andaba a gritos
Sacando cajas mudas llenas de fresas sin frescura.

Era la hora del mercado
Donde los coches empujaban a las personas,
Donde los hierros se doblaban como abanicos,
Donde el tumulto de mercaderes formaba un muelle loco de pistola.
Entonces fue,
Cuando Blanco Gordo
Blandía un cajón sobre la cabeza de un moro,
Llamándole maricón.
Blanco Gordo dormía,
Tras guardar su dinero en un cofre
Cuando llegó la luna del mar
A saludar un chica que tocaba el tambor
Y cantaba canciones fenicias y griegas.
Mientras los telescopios nos sacaron de la tierra
Era el momento en el que los políticos
Entraron como los elefantes de Anibal
Contando las cabezas sobre las ruinas iberas.
Como si fueran el tesoro de Blanco Gordo.
Cada sonrisa asomaba una grieta congelada
Por donde surgía una salamandra,
Y las lenguas lamían las heridas
Por donde se fugaba la vida junto el agua
En la que habitaban los idiotas, los pobres, los excluidos.
Cada vez más solos ,
cada vez más hundidos,
cada vez más dormidos
dentro de un concha abandonada
amenazada por las mandíbulas de las hormigas
si salían a la superficie donde una gran burbuja crecía
llena de supermercados, museos, copas, bodas, fiestas,
castillos, casinos, poblados, capillas,
sepulcros llenos de oro y mirra.
Todo un universo dormido
Y tan lejano como Marte
Para alimentar a los muertos de Cristo.
Angelillo de Uixó.

Paseo Íbero sobre las cenizas de la luna

Bajo las urnas de ceniza
que gravitan sobre las cabezas de las lechosas conciencias.
Se nos ha ido el recuerdo del alma
como si fueran calabazas
arrancadas como las piedras
que se cogen como hierbas
para construir las murallas.
Dentro de nosotros aun vive el lobo
bajando a los infierno a repartir la caza.
Aún hay visiones compartidas del buitre,
llevando el alma al cielo.
Dentro de nosotros
Dentro de nosotros
Aún abre el cíclope el portón
y nos avisa el fauno,
para protegernos de una masa furibunda
armada con tarjetas de crédito.
Tres íberos
habéis estado bailando ajenos a lo que pasa.
Uno se ha bajado del caballo para pelear.
Todavía somos inocentes
bailamos y luchamos escuchando al lobo.
Pero os advierto desde este tossal.
Que llegará el día en que la gente bailara sola.
Y se peleará sola consigo misma hasta destruirse.
La muerte estará en la tierra
mientras la gente perdida,
subirá grandes escaleras mecánicas hasta el cielo,
Y el alma estará infectada de gusanos.
Cuando esto ocurra,
Irán hombres gordos a la cabeza del mundo,
carentes de valor o mérito,
más que el de reírse de las prostitutas y la gente desnutrida.
Y la nausea la tendremos que contener con una sonrisa.

Esto es todo amigos
así fue como se perdió nuestro mundo,
con una lenta agonía fuimos saliendo
para entrar en otra era.
II. escrito en un viaje a un poblado ibérico a Olocau. 2014.

Homero en el puntal de los lobos.
Ésta Epopeya ibérica está construida sobre la explicación de una arqueóloga en una visita guiada al poblado ibérico del Puntal del Llops de Olocau. Está basada en hechos reales que han sido dramatizados para el relato. Comprende desde el siglo V antes de cristo hasta su abandono precipitado en la segunda guerra púnica.

Cruces de los bronces sobre alabastrinas lapidas con nombres castellanos bajo un poblado ibérico custodiado por la base militar de Marines. Hélices de helicópteros galopando cómo las valquirias por los cielos. Los cuatro jinetes del Apocalipsis desplegados en maniobras militares a punto de estallar agitados en el fondo de la boca de los morteros, cañones y fusiles de la infantería. Junto a la puerta del cementerio de Olocau, la arqueóloga nos espera para iluminarnos el camino. Un saludo con beso en la mejilla. Gracias de antemano, interés por si lleva mucho tiempo esperando. Disculpas a la inglesa por el retraso de 5 minutos. Varios halcones aleteando sobre nuestras cabezas se deslizan hacia el profundo bosque que se encuentra a nuestras espaldas. Nos giramos y vemos el homérico sendero. Escuchamos el ancestral el sonido cascabelero y silbante de las rapaces sobre la milenaria piedra llamándonos cómo a las legiones romanas.
Romano legado a nuestro alrededor de algarrobo verdiamarillento por sequía a las veredas del sendero retorcido y ascendente. En cotas más altas y más antiguo, sobre la pendiente: la vid y el olivo, legado frutal de los fenicios. Árboles que nos anuncian la cota temporal en la que estamos, siglo V antes de Cristo, asoman colosales las ciclópeas murallas que nos asombran micenicamente.
II.
Podéis ver está meseta arrasada. Fue utilizada cómo cantera- Nos explica la arqueóloga haciéndonos observar el estrato de piso horadado frente a la sobrehumana construcción.
Al desvanecerse la noche, sobre una humanidad joven, la roca escarchada es astillada por hachas de bronce y de hierro, arrancada por dedos, arrastrada por brazos. Furia de cíclopes sobre la tierra nueva que todavía no conoce el nombre de España. Ningún Homero ibero canta al esfuerzo de los heroicos cíclopes acometiendo su hazaña. ¿ Qué lugar ocupa el poeta en la sociedad ibera?
Su mundo es el del homo labor: mujeres en los telares confeccionando túnicas de lino y lana, herreros haciendo arados, hachas, espadas; molineros moliendo el mijo, el trigo, agricultores, pastores, guerreros. Hay gran división del trabajo y el aumento de la jornada laboral con la llegada del conocimiento del hierro. Toda una revolución y un drama sin precedentes desde el fatídico descubrimiento de la agricultura. La humanidad era todavía joven y llena de esperanza en la emancipación del trabajo gracias a la ciencia. Hoy sabemos que no es así, pero es tarde para advertirles que paren. Avanzamos unos metros sobrecogidos.
Vemos tras la muralla ciclópea que aseguraba todas aquellas vidas, una enorme torre maciza cuya función era de vigilancia. Pasamos por el hueco de lo que fue la puerta. Rodeamos la torre. Paralelos al abismo, pasamos por el hueco de lo que fue la segunda puerta. Tras ella, una vista espectacular sobre los que se arrastran nuestros curiosos ojos reptando indiscretos en la intimidad de las casas de 2500 años de antigüedad. Un minotaurico laberinto de estancias que recorre semirrecto un pasillo de tierra amarilla varias veces milenario hasta precipitarnos a un inesperado final amurallado en dos hileras de mampostería donde se precipita nuestra vista sobre un azul espacio, alejándonos hacia un paisaje marino donde flotan barcos y nubes. Tengo que hacer fuerza para no desvanecerme, me siento sobrecogido.
La arqueóloga nos señala la primera estancia, se trata de una sala capilla multiusos. Allí se cocinaba, y se adoraba a los dioses.
Suena un arpa. Sale un momento del telar del que está encargada la hija del herrero, la joven Aditi, de 24 años y la que más hijos ha tenido en el poblado, 8 pese a tener 24 años. Eso no le ha estropeado la belleza oriental que le dan sus ojos almendrados semejantes a las fenicias. Algunos dicen que su padre fue un fenicio que les trajo ambar y el olivo para que lo cultivaran. Va vestida con una hermosa y lujosa túnica color turquesa que no oculta bajo la forma de su hermoso vientre redondeado por el nuevo embarazo. Ha dejado sobre el telar media túnica por hacer destinada a su padre. Ya la terminara al día siguiente. Se lo dice a su padre que está en la estancia contigua separando la plata del plomo en el horno. Cojeando Vulcano golpea la fragua viva dando forma a un nuevo dios que le ha enseñado todo lo que Vulcano y el resto del pueblo saben. Apiadado de las miserias de los hombres, este dios ha sido el encargado de bajarles de los cielos la ciencia de los dioses. En el poblado han hecho un esfuerzo entre todos para comprar los materiales necesarios para que Vulcano haga su imagen y adorarlo en las fiestas del solsticio de Mayo. Aditi va hacia el templo antes de que las encargadas de hacer la comida esa semana lo utilicen cómo cocina y no se pueda orar. Uno de sus numerosos hijos que juega con una cabra en la única calle del puntal del llops al verla se acerca:
mama, mama ¿ donde vas?
Ella sonriente le dice con cariño.
Hoy a hacer los votos a los dioses lares hijo mío.
¿ te acompaño mama con la cabra?- pregunta el niño que sufre dos empujones cariñosos de la cabra.
No tontorrón, ya sabes que no me gusta que metas la cabra en el templo- responde tierna en coniforme plomizo la dulce Aditi derramando leche a través de la suave gasa de la túnica que se ensucia.
Papa dice que no pasa nada. Además también dormimos con ella ¿ que más da mama?- le responde el niño que siente ganas de morder los pezones de la madre y lactar.
Beeee- bala la cabra con envidia de rival.
Tu padre es un irresponsable por enseñarte esas cosas- le riñe Aditi aún en el subconsciete lo que late es un poco de rencor hacia le padre. El rencor siempre está en el subsconciente de las personas que se aman profundamente y le pregunta:
¿ Has ordeñado la cabra y recogido la miel de la terraza?
Su hijo se hace el loco, agacha la mirada y responde con un tímido: No.
Aditi le recrimina con la sensación de que acabara siendo un ibero del montón. Decide castigarlo:
– hasta que no haga esos deberes no le dejare ir a tender lazos para cazar concejos ni cazar jabalíes ni ciervos con tus amigos.
Jo mama- se aleja el niño correteando con la cabra a recoger la miel. Las abejas vuelan sobre el poblado ibero. Las cabras, los perros, los halcones, conviven en igualdad entre las murallas de los pobladores de aquellas tierras vírgenes. Un humo blanco sale de las chimeneas de las casas, de estancias destinadas a la metalurgia resuena el martillo a destinadas a moler. A tres departamentos de distancia del herrero que martillea incesante las piernas del dios, dos Sísifo giran durante horas y horas en el molino para trituras el grano de trigo y de mijo. Una suave harina se amontona sobre los costados de la roca que muele.
20 personas viven juntas, laboran juntas, depositan todas sus esperanzas unos en otros. Todos son importantes para todos. EN cada hogar vive un Dios. Cada casa ésta lleno de espiritualidad, solidaridad y de amor. Las luciérnagas salen cada noche y hacen sonreír a los niños que las persiguen.
La tejedora íbera entra en la sala capilla. Se recoge la túnica y de rodillas, emocionada por hablar con los dioses que la observan con ternura ora:
Proteger nuestra morada, oh almas de nuestros antepasados que nos vigilas, que nuestra morada sea fuente de bienes y de prosperidad, de felicidad y de dicha.
III.
Los íberos incineraban- nos relata la arqueóloga señalando una de las dos estancias destinadas al descanso donde todo el poblado dormía junto, repartido entra esas dos estancias. Unos 20 individuos. Aquí se encontró una vasija con un niño, seguramente no alcanzo la edad en la que se incineraba- nos señala la arqueóloga un rincón de una estancia donde se encontró el hallazgo.
¿ Algo así cómo los niños que van al purgatorio por no haber sido bautizados?- le pregunto.
La arqueóloga acepta el símil si me sirve para comprender.
Siglo IV antes de cristo, la nieta del hijo de Aditi.
Neftis: cuida a los muertos, los protege y les permite pasar al más allá.
Sobre el centro de la torre ibera una mujer cuyos largos cabellos dorados mece el viento y obliga al lino de su túnica a apretarse sobre su cuerpo de una belleza sin igual, capaz de superar a la argiva Helena o empatar con la diosa Venus. Conmueve el alma, tanto por su singular belleza cómo por la bárbara desgracia de haber perdido a su hijo. Todo el pueblo está con ella sintiendo su dolor. EL dolor es todavía nuevo y soportable para la humanidad. Se sabe aceptarlo y convivir con el. Su hijo de gran hermosura descansa sobre una pira funeraria. Sobre el mar se ve una vela alejarse. Los cascos de un caballo resuenan galopando por el barranco del carraixet. El difunto que espera ser metido en una urna está engalanado con una corona de laureles sobre su bella cabeza de rizados cabellos íberos. Lleva bajo el brazo una hogaza de pan para su vida en el más allá. Dos enromes águilas cuyas alas de parte a parte sobrepasan los 8 metros de parte a parte sobre vuelan el puntal del Llops mirando entre las nubes el muchacho muerto. Hacen ademán de llevárselo, cuando un pequeño cordero salido del taller de tejer les hace cambiar de decisión. Las águilas se apoderan del cordero y lo despeñan sobre el barranco del carraixet.
Es una buena señal- le dice el sacerdote a Neftis entregando la representación de un caballo que han sacado de la cueva de Olocau que siglos después se llamaría en honor a este momento del caballo- El alma de tu hijo ha llegado a su lugar- explica el sacerdote ante los divinos ojos serenos verdes de la hermosa Neftis que sujeta el caballo y ora a Epona.
A ti, diosa Epona montada sobre un caballo con un niño muerto sobre tus brazos, cabalga con el alma de mi hijo al más allá y vuelve permite la abundancia a mi vientre. Cabalga Epona, cabalga.
El caballo con ímpetu atraviesa las puertas y sin detenerse el guerrero salta gritando: Mi hijo, mi hijo.
Sube a la torre empujando a todo el mundo hasta caer de rodillas fulminado por el dolor sobre el cadáver de su hijo al que abraza vertiendo abundante lágrimas blancas de sus ojos azules.
El caballo rampante relincha y golpea con los cascos una estancia. Su huella hoy en día a un se puede ver esculpida sobre la piedra. Saltan chispas de las herraduras que provocan un pequeño incendio.
El padre se serena. Las nubes pasan soplando un fuerte viento mientras todos se unen en un abrazo sobre la torre. La naturaleza desata una terrible tormenta. El padre coge a Niftis de la cintura y se la lleva a la estancia capilla. Rayos, truenos consuman el acto y Niftis queda en cinta.
IV.

Hemos llegado a las estancias finales. Se ve el rocoso cortado y toda la planicie de verdes frutales de fruto explosivoanaranajado que llegan hasta unirse con el mar. Sobre salen las enromes torre Eiffel cargando las mercancías del estresante puerto de valencia envuelto en un hogo blanco de contaminación gris. Locura de barcos entrando y saliendo con sus mercachifles de fábricas chinascoreanasvietnamitasindiasalemanas.
-En la segunda guerra púnica que abarca desde el 218 al 201 antes de cristo el poblado es súbitamente deshabitado. Si os acercáis a este lugar- señala la arqueóloga educadora. Nosotros atentos obedecemos y observamos unas marcas en la roca de color negro.
Se produce un incendio- nos relata la arqueóloga. La palabra nos sobrecoge y presentimos el final de un mundo que jamás volverá a ver la luz más que a través de la poesía y el arte. Allí siempre vivirán nuestros antepasados. Estarán unidos a nosotros por la acción que realizaron sobre el mundo y un relato.
-La gente huye despavorida dejando todo. La panopla del guerrero se ha encontrado intacta en este lugar, al igual que otros objetos cómo metales. Huyeron muy rápido, hubo un incendio- nos explica.
¿ romanos, cartagineses?- le pregunto.
La arqueóloga no lo puede confirmar, pero responde:
Es probable, estamos en un periodo cronológico que coincide con las segundas guerras púnicas.
Helena ha conseguido huir de la vencida Sagunto por Aníbal. Huye con dos siervos romanos por la Edetania íbera esperando encontrase con las legiones de los Escipiones.
Aníbal al entrar a Sagunto es asaetado por cupido al contempla una representación en ébano y marfil de la figura de Helena de Sagunto.
¿ quien es esa mujer?- le pregunta a una prisionera hecha esclava.
Esa es Helena de Sagunto- le dice la esclava.
Aníbal se conmueve y se espanta arrepentido de haber tomado Sagunto por si Helena ha muerto. Temblando pregunta a la esclava.
Repódeme y te concederé la libertad vieja.
¿ ha muerto Helena?
La esclava niega con la cabeza y le responde estas aladas palabras que llenan de alegría al victorioso Africano Aníbal.
Huyo ella y los dos romanos castrados que le sirven fieles, aquellos concedidos a Helena cómo obsequio por el tribuno Marco Flavio por haber ganado un concurso de belleza en el circo romano. Fueron castrados por el propio tribuno delante de Helena desnuda. Gloria a roma.
¿ Cómo pudieron huir?- pregunta intrigado el africano Aníbal.
La anciana esclava le responde:
Bajaron por el pasadizo reservado a la aristocracia de Sagunto para salvarse de la muerte, dejando a los pobres que nos llevemos la gloria y le honor de la hazaña de haber muerto defendiendo roma. Gloria a roma.
Aníbal suspira aliviado.
Manda que los persigan. Hace esculpir a los artesanos figuras con la cara de Helena y que se repartan entre los pueblos íberos con la siguiente inscripción en cuniforme:
Se busca viva para casarse Aníbal con ella en Roma. Se dará recompensa a quien diga donde está, y muerte a todo el clan al que la proteja. Firmado: Aníbal.
Despliega sus tropas por la zona de Sagunto y da orden de parar la campaña militar hasta que aparezca Helena.
Helena llega al bosque de Olocau cuando encuentra a Paris, un alegre pastor que se siente traspasado de inmediato por la belleza de Helena. Ella le susurra coqueta entre unos manantiales del barranco entre el espeso follaje y el canto silvestre de las aves que le persigue un hombre. Deja caer sutilmente un poco su túnica mostrando medio pecho. Canturrea femenina y tierna unas palabras que marean a Paris enloquecido de amor.
Por favor, por favor señor, me persigue un hombre que quiere obligarme a casarme con él por la fuerza. Yo no le amo y por eso he huido de mi casa. Le pido ayuda.
Paris la agarra y la sube al poblado. Les explica el caso. EL pueblo, gente de bien, enseguida se pone de parte de Helena y consideran un gran honor que alguien de tanta belleza cuidada, pues su cuerpo no tiene callos, ni cicatrices, ni marcas de latigazos, lo que demuestra que es una gran dama, viva entre esas humildes e ignorantes personas de pueblo.
La extranjera es acogida cómo una más. Aunque Helena se queja amargamente del trato recibido, pues tiene que ir a por leña, a por setas, ordeñar las cabras., lavar ropa… Paris en varias ocasiones la intenta seducir. El muchacho le dice cosas bonitas lo mejor que puede:
¡Qué bonita eres Helena! Te haría varios hijos está noche. Ven Helena ven.
Helena mira a Paris con depresión y asquito.
En las noches iberas de primavera, cuando después del trabajo los lugareños se reúnen para cantar canciones que Helena considera pasadas de moda, bailar danzas folk que Helena considera incultas y bárbaras, cosa de paletos a diferencia de los bailes que acostumbra a practicar llegados de roma, fenicia, Cartago o Egipto. Helena escucha ausente las conversaciones sobre las lluvias que no llegan y cómo consecuencia se perderá la cosecha de lentejas, o que las cabras no paren. La situación produce que Helena cada día se sienta peor, prisionera de los paletos, de un mundo en decadencia que se acaba en aras de un nuevo orden de ciudades, servicios, termas, grandes juegos y consumo. Ha perdido peso y belleza. Un eunuco romano se le ha suicidado después de pedirle permiso para hacerlo.
Helena huye de esas gentes dos semanas después y se entrega al enemigo Aníbal. Cómo represaría por los trabajos sufridos le pide cómo condición a Aníbal para su boda que incendie el poblado y mate a todos sus habitantes.
Aníbal se lo concede con mucho gusto.
Así acaba está trágica epopeya ibérica.
Angelillo de Uixó.

 

 

Cien ojos para una sola cabeza,

persiguen la belleza entre las ruinas.

Miss Iberia asoma entre las grietas.

Se sabe que no sabía leer.

Ni dejo nada escrito.

Más que su bella calavera,

en el paraje de San José.

Junto con su escultura,

que ha sido excavada.

Han escrito en un cuaderno arqueológico.

Miss Iberia del tossal.

Hoy solo queda de ella,

tan solo el recuerdo colectivo.

Su pertenencia a un pueblo,

a un tiempo que se extinguió.

Miss Iberia,

Miss Iberia,

Unida a un grieta más de veinticuatro siglos,

que aún sigue sin reparar.

Tu nos representas ante el mundo.

Angelillo de uixó.