Miguel de Cervantes Saavedra, los huesos del cofre del tesoro.
la mandíbula rota de Cervantes,
dos tibias cruzadas en el fondo del cofre de Miguel,
llenó de alegría a la gente que esperaba gritar
cuando se destapó este tesoro:
Viva la utopía,
viva la locura.
Los corazones se llenaron,
cómo si fura un cáliz: del valor extraviado.
las mentes se poblaron de nuevo de imaginación: exiliada.
que provoco que se vieran en los edificios del gobierno,
en los bancos, en la bolsa, en las agencias de calificación,
gigantes que los desafiaban;
contra los que había que luchar.
Entraron en las oficinas gentes de triste figura,
con lanza, palos, estoques,
y les dijeron a los gigantes,
Rindanse.
y aquellos, dueños de la fuerza,
y de todo por la fuerza,
su única virtud que les acompañaba.
los tomaron a risa,
por locos,
cómo a locos les respondieron:
váyanse con sus encantamientos a otra parte,
panda de desgraciados.
hasta que notaron cómo sorprendidos Goliat heridos,
que les embestían con bravura.
maravillados de la locura de esa gente de triste figura,
muchos cortes les daban,
haciéndoles menguar a cada tajada,
que de gigantes acabaron enanos hijo putas.
dieron voces exclamando bajo pos pies de aquellos de la triste figura,
de por vivir,
los felones juraban que ellos eran también ciudadanos.
pero blandiendo los esclavos armados de la triste figura,
las palabras:
igualdad,
fraternidad,
y la libertad,
los aplastaban.
los gigantes cayeron al suelo cómo enanos apaleados, y nunca más se levantaron,
mientras hubo locos soñando.
Por eso los gigantes se conjuraron para bajar los primeros a la cripta,
y dar fe junto a un notario con la calavera de Cervantes en la mano:
Estos huesos son de nuestra propiedad.
Don quijote que velaba el cráneo Cervantes,
se desmoronó sobre el papel,
convertido en tinta que goteaba por la cripta.
Un ruido de cadenas sonó,
y el pitido de la fabrica y la policía,
se clavo en el corazón de los que gritaban en la calle:
igualdad,
libertad,
fraternidad.
El cofre de cerró,
con una mandíbula, un cráneo, dos tibias.
Y fue embarcado a una isla desierta.
Angelillo de uixó. La fantasía al poder.
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