Que no te amarguen el café con un sobre de azúcar.
Con la lengua arrastrada de amarguras,
da el ojo amoratado en el bar con el sobre de azúcar.
Masticado con mi nombre el ruido de las palabras.
Que no enfrían la taza caliente.
Quema cómo el cañón de una pistola recién disparada
divinas palabras santificadas que tanto importan.
Ruido de sirenas y cadenas
Arriba España fascistas,
que el café con azúcar no amarga.
Angelillo de Uixó.