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Alien, el gitano astronauta.

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A Curro Esbrí,  gracias por la dedicatoria en mi ejemplar de tu relato Monográfico, y por  todo tu apoyo en mi causa.

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La siguiente historia está basada en los hechos que me acontecieron detenido en un calabozo.

I.

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!Como es esto posible! que de todos los que han viajado al cielo desde indios, americanos, ingleses, hasta españoles,  no haya habido ninguno gitano. Ellos que han estado en todas partes los primeros, ellos que miran la luna como si fuera suya.

! y todavía sin haber viajado al espacio ningún gitano!
Así aconteció no ha muchos años, dos creo recordar, siendo en el 2013 años pasados de la odisea de nuestro señor, que estaba yo detenido en el calabozo del cuartelillo de vall d”uixo junto a un gitano recapitulando sobre mis pecadillos cuando el metafórico silencio se rompió con alusiones lorquianas.
¿ Has estado en la luna payo?- me preguntó el gitano.
Yo hasta ese momento no le había prestado mucha atención.
su voz sonó del otro rincón del calabozo. AL escuchar esa voz desgarrada, la primera voz que escuchaba una voz  tras más 78 horas de aislamiento absoluto, gire mi cabeza que estaba reclina sobre el cemento del calabozo y le preste atención a esa figura. Observé su rostro oliváceo, notando como  sus ojos  brillantes como el fuego y varoniles me miraban, pero sin parecerme los de un marica. Sobre su tamaño, decir que mi compañero de infortunio era de una altura similar a la mía, mediana o de talla nacional, pues nosotros los españoles de solera y los gitanos auténticos, no sobrepasamos en altura metro setenta y cinco, todo lo que este por encima de esa altura, racialmente hemos de negarnos a llamarlos españoles o gitanos, ellos sabrán lo que son, yo no.  Sobre su peso decir que sería de unos 15 kilos más que el mío. Más tarde me confesó que se alimentaba con una dieta de jamón jabugo y el whisky cointreau.De su  edad estaba en la mitad de su desgraciada vida, que se me antojo misterios y trágica. Debía andar con unos 8 o 10 años más que yo.
Al escuchar que me hablaba de haber viajado a la luna pensé que estaría drogado o borracho, pero no lo parecía por el tono de voz, ni la postura equilibrada  en su rincón del que había salido como por arte de magia.

a su pregunta le respondí de mala gana y dándole a entender que estaba dispuesto a pelearme con él si se pasaba. Pues por mí experiencia en la cárcel y en el calabozo sabía que  no puedes dejar que se te suban al lomo a los graciosos, que hay muchos en la cárcel, y debes  pararles los pies enseguida. De lo contrario hermano, estás jodido en las duchas.

Se de lo que hablo hermanos, se de lo que hablo.
Y como has subido primo a la luna ¿dando palmas? – le conteste.
El gitano notó mi aura, percibió que yo era una persona justa, inocente e inteligente, y así me lo dijo:
escucha payo, veo que eres una persona culta, inocente e inteligente.
Escuchar eso me agrado y le di la razón:
Así es primo, me acabas de describir.

Entonces el gitano se arrancó a dar palmas y a cantar, como si no lo hubiera  hecho en años.
yo el dije incorporándome del banco de hormigón que servía de cama espartana para los detenidos:
calla, calla hermano que vendrán a por ti los marcianos de verde.
Y el se río como si hubiera adivinado yo de donde venía y me dijo:
Vengo de Marte y por eso doy palmas y canto, para que me escuchen y vengan a por mí.

Señaló el techo como si este fuera el cosmos que nos envolviera en nuestro cautiverio, y pudiéramos atravesar las duras paredes de cemento para llegar a otro planeta. Yo mire triste su dedo bajo la bombilla amarilla que era nuestro sol, y nuestra luna, pues no sabíamos si era de día  o de noche, solo la luz de esa bombilla que nunca paraba era nuestra guía.
¿ Y cómo es marte?  pregunte  riendo.
Desde su rincón se movió para colocarse en la posición del loto  y empezó a describir marte.
Está lleno de cristales helados, y de grande anfibios, todos verdes, como el agua de los lagos subterráneos,
donde viven felices los gitanos.
Marte es como la luna, flamenca. Está llena de anillos como los de saturno, donde hacen sus cuentas nuestros gitanos.
Por las noches,  sopla un viento que lleva polvo rojo bajo un cielo plomizo donde las cometas vuelan
acompañadas del sonido de las cañas, que son tan grandes en marte como palmeras.
En Marte hacemos hogueras, pero en ellas no hay cante, ni palmas, en Marte no hay música, nos espanta, pues nos llega desde la tierra  en forma de cante de hermosas vidas echadas para pudrirse en prisiones, canciones sobre pobreza, melodías sobre ultrajes , sobre amores frustrados, sobre suicidios.
Por eso en Marte las gitanos no cantan.
observan desde las colinas marcinas:
la tierra.
como si fuera una fragua de dolores.
La azulada tierra,
tan llena de miedos la tierra.
tan angustiada la existencia allá-
Los gitanos de Marte pedimos que suba un poquito más el agua.

Que se caliente la tierra con una gran hoguera: la guerra.

y sumerja durante un par de horas a la humanidad entera.

Entonces no se si sería mi parte flamenca lo que acaba de surgir en el calabozo, pero al escuchar eso aplaudí y empecé a hablar de usted al gitano  para que supiera   que le reconocía como autoridad marciana:
Cuanta razón tiene usted señor gitano, que me parece que debe tener usted telepatía marciana, pues me ha leído el pensamiento.

Mientras yo hablaba con el gitano o marciano, a mi espalda la puerta se abrió. Yo no me di cuenta de que la puerta del calabozo  acababa de ser abierta, y un guardia civil que acaba de entrar me pedía silencio.
El gitano, como si fuera una sombra fantasmal se acercó a él. Yo estuve apunto de perder los nervios al ver derretirse al gitano, y colonizar el cuerpo del guardia civil por la nariz,  sin que parecería darse cuenta este, que se la frotó con aparente satisfacción  mientras me preguntaba el motivo de hablar solo dando  voces y palmas como si anduviera mal de la cabeza.
Yo pensé  que pretendía volverme loco. Conocía testimonios de muchas personas que habían metido en la cárcel tan solo para volverlos locos, para asesinarles en vida. Los dejaban incomunicados días y días enteros en algún cuartelillo por haber protestado en alguna manifestación, y gente que entraba totalmente cuerda, en el uso de sus cabales, salían destrozados. Muchos en los calabozos, desesperados soñaban en relatos de ciencia ficción para escapar de la realidad. EN sus sueños eran devorados por algún alien bueno, y  este los llevaba en su panza hasta vomitarlos  libres en otro planeta o en alguna estación espacial.
Angelillo de Uixó.

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Alien, el gitano astronauta. by ángel Blasco Giménez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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